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16/10/99

Historiografía medieval

Cuestionario
01. ¿Cuáles son las principales características de la nueva interpretación de la historia surgida a partir del cristianismo? Desarrollar.
02. ¿Cuándo y a partir de qué modelo se sistematiza la interpretación cristiana de la historia?
03. ¿Cuál es el nuevo modelo que intentará a partir del siglo XI fundamentar ideológicamente el nuevo orden feudal que se imponía? Desarrolle sus principales características.
04. Frente a la legitimación de la Iglesia a partir del modelo trifuncional surgirán otras reinterpretaciones históricas de los textos bíblicos y de las profecías. Desarrolle el papel y las influencias ejercidas a partir del joaquinismo. En el contexto del siglo XII surgen nuevos géneros históricos: refiérase a los más significativos y explicite su función social.
05. Los cambios sociales ocurridos durante la denominada baja edad media transformaron el tipo de historia. ¿Cuáles fueron los relatos históricos surgidos en ese contexto? ¿Cuál fue su función social?
06. Dentro de la historiografía medieval, refiérase al aporte hecho por Ibn Jaldún y a sus repercusiones.

Bibliografía consultada:
- Pelai Pages, Introducción a la Historia. Epistemología, teoría y problemas de método en los estudios histórico.

- Joseph Fontana, Historia: Análisis del pasado y proyecto social.

01. ¿Cuáles son las principales características de la nueva interpretación de la historia surgida a partir del cristianismo? Desarrollar.

El cristianismo elabora una nueva interpretación de la historia como respuesta a la necesidad de justificar y legitimar un nuevo sistema de relaciones entre los hombres y un orden económico surgidos debido a una nueva concepción de la sociedad tras la caída del Imperio Romano a partir del siglo IV dC.
Esta interpretación histórica presenta las siguientes características:
· Universalidad: tiene una vocación universalista, ecuménica y no se adscribe a un solo pueblo. Se busca incluir toda la historia no cristiana dentro de las pautas marcadas por el esquema bíblico.
· Providencialidad: la historiografía cristiana supone la existencia de un esquema determinado desde fuera de la sociedad humana, con lo cual la Providencia, el designio divino, pre-ordena el curso ineludible de la historia, la cual es, entonces, un proceso universal preestablecido con un fin preestablecido.
· Pasividad: Se entiende a la historia como la contemplación de la voluntad divina; se produce la intervención y dirección de lo místico, sobrenatural, maléfico y milagroso en la evolución histórica. Es una causalidad externa, divina (y no terrena) la que marca el curso de la historia.
· Linealidad: Se pasa de la concepción cíclica de historia de la historiografía clásica a una concepción del tiempo unilineal y secuencial
· Rasgos apocalípticos: El tiempo unilineal y secuencia aceptado por la concepción cristiana plantea se plantea desde la creación del mundo y el comienzo de la historia hasta el fin de los tiempos con el Apocalipsis y el fin de la historia.
· Periodización: Hay una comprensión del discurso histórico en épocas o períodos, pues se considera que el curso de la historia posee un ordenamiento determinado por un antes y un después de la llegada de Cristo, y con esto se origina una división de la historia.
· Interés por la cronología: La concepción unilineal de la interpretación cristina de la historia y su universalidad requieren, a fin de descifrar profecías y comprobar su cumplimiento y a fin de coordinar los diversos relatos del pasado no cristiano, la fijación de fechas exactas en una cronología generalizable. (En este sentido, es con Eusebio de Cesarea (260-340) donde surge el primer intento de interpretar la historia a partir del cristianismo, pues combina el relato bíblico con la historia grecorromana y la de los pueblos del oriente próximo.) Además, se busca establecer las fechas exactas de festividades religiosas como la Pascua.
· Empleo de las profecías: Se buscan pautas o ciclos en la evolución histórica y se las vincula con los relatos proféticos, a fin de poder deducir orientaciones sobre lo que sucederá en el futuro.

02. ¿Cuándo y a partir de qué modelo se sistematiza la interpretación cristiana de la historia?

El modelo con el cual se logró la sistematización más clara y concreta de la interpretación cristiana de la historia es el que da a conocer San Agustín, obispo de la ciudad africana de Hipona, quien durante la Edad Media influenciará con sus ideas el pensamiento histórico europeo a partir de su obra más importante, “La ciudad de Dios” (413 dC), elaborada tras la invasión de los godos en 410 y las acusaciones de los paganos que responsabilizaban al cristianismo de la caída del imperio romano por auspiciar el olvido de viejos cultos y tradiciones.
La concepción agustiniana, que consiste en una elaboración teológica de la historia por la visión cristiana de los acontecimientos históricos y el establecimiento de una separación entre la historia de Roma de la del cristianismo, presenta dos rasgos fundamentales: considerar a la historia como historia de la salvación y tomarla como un proceso universal preestablecido encaminado a un fin preestablecido: la historia es un plan proyectado para la redención del mundo a través de Jesucristo según el designio divino desde la Creación hasta el Juicio Final.
En “La ciudad de Dios”, San Agustín establece que el linaje humano está dividido en dos grupos: «uno de los que viven según el hombre y otro el de los que viven según Dios. Místicamente llamamos a estos dos grupos ciudades, es decir sociedades de hombres». Estas ciudades coexisten, manifestándose en el mundo y en los hombres; aunque ambas están regidas por la divinidad, sus naturalezas y fines difieren ostensiblemente. Mientras que la ciudad de Dios glorifica y se rige por la ley de Dios, quien en el fin de los tiempos, cuando juzgue a qué ciudad pertenece cada hombre en el Juicio Final, otorgará la resurrección y la vida eterna a los habitantes de esta ciudad, la ciudad terrena vive según el hombre, buscando el honor y gloria de los mismos. Su fin es la eterna condenación –el eterno castigo con el diablo- y la muerte.
Entonces, en la interpretación histórica agustiniana, la historia tiene un fin y un principio. El principio de la historia es el pecado, el quebrantamiento de la ley divina , el cual constituye el desarrollo y la justificación de la historia, lo que la posibilita y su condición necesaria, de modo que la historia es la historia del pecado humano, pero también la de la salvación del hombre, la cual se consigue mediante la fe, en la ciudad de Dios. Es en el juicio final cuando se determina el destino de ambas ciudades. Así, San Agustín creó una brecha que separa a ambas ciudades, la ciudad terrenal – que identifica con imperio asirio y romano, los paganos- de la divina -que es la que pertenece legítimamente al cristianismo, a la que se refieren las profecías-, mostrando gran desinterés por los acontecimientos profanos ya que Dios triunfa sobre la ciudad terrenal que no posee autonomía propia y debe ser derrotada.
En síntesis, se produce una ruptura con las concepciones de la Antigüedad Clásica, pues se deja de lado la interpretación grecorromana de la historia que buscaba la explicación de los hechos en los mecanismos sociales como resultado de una causalidad primordialmente terrena y consideraba, por lo tanto, a la historia como un asunto humano, y se considera a la evolución histórica predeterminada por los designios de Dios.

03. ¿Cuál es el nuevo modelo que intentará a partir del siglo XI fundamentar ideológicamente el nuevo orden feudal que se imponía? Desarrolle sus principales características.

A partir del siglo XI surge la teoría de los tres órdenes, que se origina por un cambio en el pensamiento cristiano que está dado a causa de la revolución feudal que produjo la destrucción de las monarquías bárbaras y puso en peligro la posición de la iglesia, cambio social debido a un crecimiento económico que rompió el equilibrio en la Europa cristiana.
En esta economía política se realiza una división social del trabajo en tres grupos: el de los “oratores”, eclesiásticos que rezan y mantienen relaciones con la divinidad para evitar castigos y propiciar bienes a la sociedad, el de los “bellatores”, caballeros que defienden al agregado social de enemigos internos y externos, y el de los “laboratores”, trabajadores que mantienen con el fruto de la labor a la que están dedicados a los otros dos grupos, en pago de los servicios que de ellos reciben.
Así, para pensadores como el obispo Adalberón de Laón, la casa de Dios «está, pues, dividida en tres: unos rezan, otros combaten y otros finalmente trabajan» y «los servicios que unos rinden son condición de las obras de los otros dos»
Mediante el modelo trifuncional la iglesia reacciona contra su marginación en el orden feudal naciente defendiéndolo y ofreciéndole legitimación mediante la fundamentación ideológica que se extenderá hasta el triunfo del capitalismo, y de esta forma se legitima a sí misma y se defiende del pensamiento igualitaria popular.

04. Frente a la legitimación de la Iglesia a partir del modelo trifuncional surgirán otras reinterpretaciones históricas de los textos bíblicos y de las profecías. Desarrolle el papel y las influencias ejercidas a partir del joaquinismo.
En el contexto del siglo XII surgen nuevos géneros históricos: refiérase a los más significativos y explicite su función social.

Frente al modelo trifuncional de la iglesia surgen posiciones doctrinarias mediante la reinterpretación histórica de los textos bíblicos y las profecías que apuntan a una utopía socialmente igualista, cuestionando y negando el pensamiento cristiano institucional en las posiciones doctrinarias de la Iglesia oficial y el ordenamiento social del feudalismo. Una de estas posiciones fue el joaquinismo, que puso en discusión la autoridad de la jerarquía eclesiástica –imaginando una Iglesia mejor en una sociedad más justa- y la economía política del sistema feudal.
Con el joaquinismo y el uso de los modelos proféticos se produce un nuevo sistema de periodización de la historia. Mediante el establecimiento de una serie de paralelismos entre el Viejo y el Nuevo Testamento, Joaquín de Fiore trazó un plan según la doctrina trinitaria de épocas en tres etapas que se sobreponen entre sí y a la cual corresponden leyes y hegemonías distintas: la primera época del Padre es la de los hombres casados y correponde la vieja Ley, predominando la laboriosidad y el trabajo; la segunda época del Hijo es la de los clérigos, corresponde el Evangelio e imperan el estudio y la disciplina; y en la tercera etapa del Espíritu Santo, cuya culminación con la derrota del Anticristo y la reaparición de Elías provocará una renovación de la Iglesia bajo la paz de una ley nueva, el Novísimo Testamento, imperará el amor y los hombres serán libres bajo el predominio de la contemplación y alabranza.
Este planteamiento de historización de la revelación divina correlacionada con la transformación de la humanidad, que anuncia en el modelo profético joaquinista la construcción de un mundo mejor y más justo, es recogido por nuevas órdenes religiosas:
· Los franciscanos vieron en san Francisco al nuevo Cristo anunciado en las profecías del abad Joaquín y en el emperador Federico II al Anticristo que, derrotado, anunciaría el inicio de la consumación de la nueva etapa. Las teorías joaquinistas son empleadas para hacer crítica de la Iglesia, a la que se acusa de estar corrompida y alejada de la contemplación y la pobreza.
· Los flagelantes toman las ideas del joaquinismo a fin de dar sustento a sus peticiones de reforma de la Iglesia., al igual que las herejías populares como la de los “hermanos apostólicos” de Fra Dolcino, que se caracterizaron por su contenido terrenal y por expresar en términos culturales religiosos las aspiraciones de reforma social, lo cual les valió una gran audiencia entre el pueblo.
· Con los husitas el mensaje del joaquinismo se impone como la base ideológica de la primera revolución antifeudal. La utopía igualitaria reapareció durante los siglos XIV al XVI, en el marco de las guerras campesinas, adoptando el carácter de sanción religiosa al derecho de los hombres a la igualdad y anunciando la crisis del feudalismo. De esta manera se cuestiona la autoridad eclesiástica y la estructura trinitaria de la sociedad legitimada por la teoría de los tres órdenes.

05. Los cambios sociales ocurridos durante la denominada baja edad media transformaron el tipo de historia. ¿Cuáles fueron los relatos históricos surgidos en ese contexto? ¿Cuál fue su función social?

En esta etapa denominada baja edad media, conjuntamente a los cambios sociales, se producen transformaciones en el tipo de historia que legitimaba a la economía política del feudalismo. Se abandonó la historia universal cristiana con identificación entre la Iglesia y el pueblo, y surgieron relatos que no eran obra de historiadores y no tenían pretensiones historiográficas, en los cuales solían faltar un método preciso y espíritu crítico - se mezclaban con narraciones fantásticas poco verosímiles. Como la principal función de las nuevas crónicas es la de legitimar el nuevo orden social vigente, se abandona el latín y son redactadas en lenguas vernáculas populares.
Estos relatos históricos eran crónicas laicas que si mencionaban elaboraciones como la teoría trifuncional de la sociedad, lo hacían secularizándolas. Entre estas crónicas se distinguen:
· Crónicas reales: A menudo redactadas por el mismo monarca, buscan legitimar papel de monarquías al identificarlas y señalar su vinculación con el pueblo, haciendo uso de la relación de los monarcas y su pueblo, de modo que son justificadoras del predominio de una clase social. Ensalzan las gestas de monarcas que conservan y mantienen el orden feudal.
· Crónicas caballerescas: Tiene una función justificadora del carácter predominante de una clase social (los caballeros, una nobleza menor) que desempeña un papel importante en la conservación del orden feudal.
· Escritos de los memorialistas, donde se narran historias de las que el autor, que tiene protagonismo narrativo y escribe en primera persona, es observador; relatos autobiográficos de recuerdos personales; crónicas urbanas y dietarios de instituciones laicas: Se refieren a los hombres y sus trabajos, sin pretensiones historiográficas.
La función de estas crónicas es, principalmente, resguardar el orden y dar cuenta de cuanto sucede ante sus ojos a quienes poseen la hegemonía política, social y económica de la sociedad feudal.

06. Dentro de la historiografía medieval, refiérase al aporte hecho por Ibn Jaldún y a sus repercusiones.

Ibn Jaldún (1332-1406) es quien por el método historiográfico que utiliza y la concepción de la historia que propone, rompe con el hilo de la historia que se estaba realizando en el mundo islámico y cristiano. Jaldún intenta desvincular a la historia de la teología y la filología, virtiendo las bases de una historia científica en su obra Al-Muqaddimah, que fue redactada entre 1374 y 1378. Su método de trabajo consistió en la verificación y ordenación de los hechos; y se destacó por el empleo de un lenguaje técnico, abandonando la retórica y el recurso a la fantasía y a la imaginación.
.Jaldún consideraba que la historia se ocupa informar el estado social del hombre en su dimensión humana, por lo que dio importancia al estudio de las condiciones sociales y económicas de los pueblos -las condiciones materiales de subsistencia, a la producción y a su evolución- para comprender la actividad histórica de los hombres
Enunció que la historia presenta una evolución permanente, pues las sociedades están en permanente cambio - la dinámica de las sociedades presenta un el esquema de proceso progresivo y cíclico, en forma de espiral-, dado que el movimiento está inmerso en la naturaleza de las cosas. La finalidad de la historia, según Jaldún, está en sí misma, en la reflexión , investigación y comprensión de la dinámica de las sociedades y la actividad humana, y no en la moralización o en la utilidad que presente para las clases dominantes.