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23/6/09

"La muerte y la brújula", una crítica a las bases del relato policial clásico

"La muerte y la brújula", una crítica a las bases del relato policial clásico

El cuento La muerte y la brújula de Borges presenta una estructura y a un protagonista que se corresponden con los esquemas planteados por el relato policial clásico (según Todorov, el relato policial de enigma). En el final, sin embargo, se realiza un replanteamiento de las bases de dicho género. En el presente trabajo se intentará determinar en qué medida La muerte y la brújula representa la tradición del relato policial clásico, y en qué medida rompe con ella y le realiza una crítica.


Por su estructura, el cuento de Borges se relaciona con el relato policial clásico: como señala Tzvetan Todorov en Tipología del relato policial, hay dos historias, la del crimen y la de la investigación, la primera ausente (el asesinato de Yarmolinsky), la segunda presente (la indagación de Lönnrot). Estas dos historias se corresponden con tres momentos: el del planteamiento del enigma a partir del descubrimiento del delito en el Hôtel du Nord, que remite a la ausente historia del crimen; el de la investigación, que es llevada a cabo mediante el método analítico y la observación de pistas e indicios; y el del descubrimiento del culpable. En la ficción detectivesca, entonces, hay tres elementos prioritarios: los crímenes, el detective (Lönnrot) y el culpable (Red Scharlach, el Dandy). Entre estos últimos (que se encuentran en una posición de paridad: "Red Scharlach" significa "rojo escarlata", y la "rot" quiere decir "rojo" en alemán y otras lenguas germánicas [fuente]) se establece una suerte de competencia intelectual, como en un juego de ajedrez, haciendo que la arquitectura del relato policial se enigma se presente como “puramente geométrica”.
En cuanto al personaje, Lönnrot es el prototipo del detective clásico: culto, observador y de gran capacidad analítica, emplea el método inductivo-deductivo para el análisis de las pistas, tiene algo de soberbio y pedante, y no pertenece a la institución policial. Asimismo, parece presentarse ante el lector, en la primera parte del relato, como inmune, lo cual cumple con una de las condiciones estipuladas por Todorov como características del policial de enigma.
Las capacidades analíticas de Lönnrot son las que le permiten llegar a la resolución de los crímenes a partir de la aprehensión del patrón por el que se rigen ("Virtualmente, había descifrado el problema; las meras circunstancias, la realidad... apenas le interesaban ahora"), y las que lo conducen a la figura del culpable: con la razón y el método deductivo, y rechazando el azar en sus interpretaciones, el detective descubre finalmente a Scharlach como autor intelectual de los asesinatos.
Hasta ese momento, el cuento de Borges se adecua al esquema del policial clásico; en el instante del enfrentamiento entre los contrincantes, sin embargo, se produce un quiebre: la historia deja de ser la de la investigación y se convierte en la del crimen (se haya, entonces, presente, y engloba a la investigación de Lönnrot); aparece el azar como elemento fundamental (Scharlach creía que Lönnrot iba a llegar un día antes; más allá de eso, el azar y la casualidad se convierte en un término repetido en esta parte del relato); desaparecen los motivos solemnes (el criminal no busca el Nombre Secreto de Dios, sino vengar a su hermano); se vulnera la inmunidad del detective; finalmente, la capacidad analítica, la herramienta de Lönnrot, se revela como su propia trampa, y el rechazo a la realidad, a lo azaroso y "poco interesante", como el error del que se vale el contrincante para vengarse por razones sórdidas: aprovechando el azar que Lönnrot criticara en el pensamiento del comisario Treviranus y conociendo la tendencia del detective de elaborar hipótesis geométricas y "sofisticadas", Scharlach entreteje un laberinto alrededor de Lönnrot para vengar a su hermano matando al investigador.
De esta manera, con una vuelta de tuerca Borges realiza una crítica al género policial clásico a partir de presentar a su principal característica como una limitación: la elaboración de abstracciones que dependen exclusivamente de lo deductivo en detrimento de la “realidad” y que no contemplan lo concreto, se relevan, finalmente, como aquello que “mata al género” a partir de uno de sus representantes: el detective Erik Lönnrot.